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¿Cuáles son los riesgos de invertir en un bono?

Entre los dos grandes tipos de inversiones que podés hacer, renta fija o renta variable (o sea, entre bonos o acciones), la primera es la opción más conservadora. Pero esto no significa que la misma se encuentre exenta de riesgos y/o contratiempos. Es por eso que en esta entrega vamos a ver cuáles son los principales riesgos de invertir en un bono.

Riesgo de tasa de interés

Las tasas de interés son una función de varios factores, incluida la oferta y la demanda de dinero, la tasa de inflación, el ciclo económico, y las políticas monetarias y fiscales de un país. Todos estos factores provocan subas y bajas de las tasas. Y los movimientos de las tasas provocan cambios en el precio de los bonos.

Recordá que existía una relación inversa entre el precio de un bono y las tasas de interés. Cuando las tasas bajan, los precios de los bonos suben, y cuando las tasas suben, los precios de los bonos bajan. Y esto puede ser un problema si tenés previsto vender un bono antes de su vencimiento, no así si pensás mantenerlo hasta el final. O sea que se trata de un riesgo que aumenta cuanto más tiempo mantengas un bono, porque hay más probabilidad que las tasas cambien, pero que desaparece si te lo quedas hasta que amortiza.

Si ya habías invertido en un bono, las tasas comienzan a aumentar y tenés que venderlo, vas a tener que ofrecerle un descuento a su comprador. De lo contrario, no te lo comprará ya que obtendrá un rendimiento superior comprando una emisión nueva. Claro que te verás beneficiado si las tasas bajan, ya que venderás tu bono con un premio sobre el precio al cual lo compraste.

Riesgo de liquidez

¿Hay algo peor que tener que vender un bono a un precio inferior al cual lo compraste? Sí, que necesites ese dinero y no encuentres un comprador fácilmente. Esto te obligará a realizar una rebaja adicional al precio de venta con el objetivo de volverlo más atractivo ante los ojos de los potenciales interesados.

Una medida de la liquidez de un bono (o de su carencia), es la cantidad de transacciones que tiene en el mercado secundario. Un bono que se negocia con frecuencia es considerablemente más líquido que otro que solo registra transacciones unas pocas veces en el mes. En general, cuanto mayor sea el tamaño de un bono, mayor es la chance de que se encuentre en poder de diferentes inversores que estén comprando y vendiendo el instrumento regularmente, lo que mejora su liquidez.

A su vez, un bono líquido tenderá a tener una menor diferencia entre el precio de compra y el de venta (lo que se conoce como el bid-ask spread) respecto de otro menos líquido. Esto es importante porque volverá menos costosa tú salida en caso que tengas que venderlo.

Podés ver que tan operados y por tanto qué tan líquidos son los instrumentos que se transan en Uruguay en la página Mercado Bursátil del Uruguay, que nuclea la actividad tanto de la Bolsa de Valores de Montevideo como de la Bolsa Electrónica de Valores del Uruguay.

Riesgo de incumplimiento

El riesgo de incumplimiento, también conocido como riesgo de default, es el riesgo de que el emisor del bono no pueda hacer frente a los pagos que se comprometió a hacer en tiempo y forma, ya sean los cupones y/o el capital.

Y yo, ¿cómo puedo saber que tan riesgoso es prestarle a un país o compañía? Para esto son útiles las agencias calificadoras de riesgo, empresas que analizan países y empresas, y les otorgan una calificación que nos permite tener una idea de la probabilidad de que incumplan. En términos generales, estas agencias agrupan a los emisores en dos grandes categorías: con grado inversor y sin grado inversor. Dentro de cada categoría, hay varios escalones.

Uruguay es un país con grado inversor por parte de las principales agencias calificadoras del mundo: Standard and Poor’s, Moody’s y Fitch Ratings. Dentro del espectro grado inversor, se encuentra en los escalones más bajos, BBB y Baa2 por parte de S&P y Moody’s (niveles equivalentes), y BBB- por parte de Fitch. El escalón más bajo dentro de la escala grado inversor es BBB-.

Aparte de la calificación del emisor, los retornos que ofrece son otra pista que podés tener para saber qué tan probable es que honre sus compromisos. Si para un mismo plazo el bono de un emisor rinde un 2% anual, y el de otro un 10%, es bastante fácil darse cuenta quién tiene el mayor riesgo.

Riesgo de inflación

Este riesgo refiere a la situación en la cual la tasa de inflación erosiona el rendimiento que obtenés por tu bono. Es un tema que aún no hemos tratado, pero de manera resumida, invertir en un bono hace sentido si su rendimiento real es positivo, esto es, si te brinda un retorno que supera el ritmo al que aumentan los precios en una economía.

Veamos un ejemplo. De acuerdo a la información publicada por el Instituto Nacional de Estadística, durante 2020 la tasa de inflación en Uruguay registró una variación de mensual de 9,41%. A fin de 2019, más precisamente el 27 de diciembre de ese año, el Banco Central del Uruguay emitió una letra de regulación monetaria a un año de plazo que rendía 10,92%. Si hubieras invertido tu dinero en ese instrumento, tu retorno real anual en 2020 hubiera sido 1,51% (10.92%-9.41%). O sea que habrías logrado no solo mantener tu poder de compra, sino que habrías obtenido una ganancia real.

En este momento, un instrumento a un año de plazo del Banco Central está rindiendo 6,89% anual  (última licitación que realizó, el 17/6/2021). A su vez, en la última encuesta de expectativas de inflación publicada también por el Banco Central, analistas y agentes del mercado esperan que la inflación en los próximos 12 meses se ubique en 6,98%. O sea que, a priori, esta inversión tendría un retorno real negativo de 0,09%. No parece un buen negocio, aunque es mejor que no hacer nada (si dejás ese dinero parado por un año, tu retorno real esperado será de -6.98%).

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